Cómo preparar un bizcocho de proteínas
Los bizcochos de proteínas se han vuelto cada vez más populares entre quienes buscan opciones saludables y nutritivas para reemplazar los bizcochos tradicionales llenos de azúcar y harinas refinadas.
Combinan proteínas en polvo con otros ingredientes naturales de bajo contenido graso para crear un postre esponjoso, húmedo y nutritivo que puede disfrutarse en cualquier momento del día, ya sea como snack o postre después de las comidas.
Formas de preparar un bizcocho de proteínas
Son la opción perfecta si estás llevando una dieta fitness o simplemente quieres consentirte con algo dulce pero que aporte nutrientes a tu cuerpo. Te sacian, son deliciosos y no te hacen sentir culpable después de comerlos.
Preparar bizcochos proteicos en casa es bastante sencillo y no requiere mucho tiempo. En este artículo te enseñamos el paso a paso con todos los tips para que puedas hacer los tuyos, elijas tus proteínas favoritas y los decores a tu gusto.
Desde elegir los ingredientes ideales, mezclarlos correctamente, hornear y dejar enfriar, te guiaremos en cada etapa para que puedas disfrutar de estos ricos y saludables bizcochos. ¡Manos a la obra!
Seleccionando los ingredientes
Lo primero que debes hacer es elegir cuidadosamente los ingredientes para tu bizcocho proteico. Esto garantizará que quede con la textura esponjosa deseada y un gran sabor.
Uno de los ingredientes principales son las proteínas en polvo. Las más populares son la proteína de suero de leche y la proteína de soja texturizada.
La proteína de suero de leche tiene mejor digestibilidad y aporta aminoácidos esenciales, además de un sabor más suave. La proteína de soja texturizada contiene fibra, es libre de lácteos y tiene mayor poder de saciedad. Puedes elegir la que más te guste o combinarlas.
Otros ingredientes clave son los sustitutos del azúcar y la harina. Para endulzar de forma saludable puedes usar edulcorantes naturales como stevia, eritritol o xilitol. En lugar de harina de trigo, se recomienda harinas de almendras, coco o avena, que son más nutritivas y bajas en carbohidratos.
También necesitarás ingredientes para darle humedad y esponjosidad como huevos o sustitutos de huevo a base de linaza o chía, aceites saludables como el de oliva o coco, y un agente leudante como el bicarbonato o polvo para hornear.
Juega con las cantidades y combinaciones de estos ingredientes hasta encontrar la fórmula perfecta para tu gusto. Esto hará que preparar bizcochos proteicos se vuelva fácil y delicioso.
Mezclando los ingredientes secos
Una vez que tienes todos los ingredientes secos medidos, es hora de combinarlos.
Lo primero es tamizar la harina, la proteína en polvo, el polvo para hornear y cualquier otro ingrediente seco. Esto evitará que queden grumos en la preparación final.
Usa un bol grande y seco para esta parte. Vierte la harina, proteínas, polvo para hornear, edulcorantes y cualquier especia como canela o esencia de vainilla.
Mezcla bien con una espátula o cuchara de madera grande, revolviendo en sentido envolvente para integrar por completo todos los ingredientes. Raspa bien las orillas del bol con la espátula mientras mezclas.
Asegúrate de desmenuzar cualquier grumo que encuentres. La mezcla de ingredientes secos debe quedar suelta y esponjosa. Esto creará una mejor textura cuando se agreguen los húmedos.
Una vez que los ingredientes secos estén bien integrados, ya tendrás lista la mitad de la preparación. A continuación podrás añadir los ingredientes húmedos.
Tomate tu tiempo en esta etapa para que no queden grumos de harina o proteína sin mezclar. Esto arruinaría la textura final del bizcocho. Sigue mezclando hasta que todos los ingredientes secos parezcan homogéneos.
Horneando el bizcocho
Luego de terminar la mezcla, llega uno de los pasos más importantes: el horneado. Esto garantizará un bizcocho esponjoso por dentro y dorado por fuera.
Comienza precalentando el horno a una temperatura de 165°C a 170°C, ideal para bizcochos. Engrasa o enmantequilla ligeramente un molde para que no se pegue. Puedes usar moldes de silicona o aluminio aptos para horno.
Vierte la mezcla uniformemente en el molde. Para que suba parejo, golpea suavemente la base contra la mesa para eliminar burbujas de aire.
Opcionalmente, puedes agregar moras, trozos de chocolate u otros toppings sobre la mezcla cruda antes de hornear. Hornea durante 25-30 minutos aproximadamente. Inserta un palillo en el centro para revisar la cocción. Si sale limpio, ya está listo.
Deja enfriar completamente antes de desmoldar, entre 1-2 horas. Esto evitará que el bizcocho proteico se deshaga o rompa.
Para un acabado más crujiente y dorado, puedes hornear 5 minutos más con la función de gratinado. También puedes cubrir con papel aluminio si se dora demasiado la superficie.
Dejando enfriar y decorando
Después de que el bizcocho proteico esté perfectamente horneado y con un bonito color dorado, llega la parte divertida: la decoración. Pero antes, es muy importante dejar que se enfríe por completo.
Una vez que saques el bizcocho del horno, déjalo en el molde entre 1-2 horas hasta que esté completamente frío. Esto evitará que se quiebre o desmorone cuando lo desmoldes. La paciencia es clave en esta etapa.
Cuando ya esté frío al tacto, puedes desmoldarlo con cuidado pasando un cuchillo por las orillas del molde si es necesario. Colócalo sobre un plato para decorar.
Existen muchas formas creativas de decorar tu bizcocho proteico. Puedes cubrirlo con un glaseado o frosting proteico hecho con quark o yogur griego. Agregar frutas frescas como fresas o moras queda muy bien.
Otras ideas son espolvorear coco rallado, granola baja en azúcar, chispas de chocolate negro o trocitos de nueces. También puedes añadir chía o linaza para un toque crujiente.
Incluso puedes dividir la mezcla en dos porciones y agregar cacao amargo en polvo a una parte, para hacer un bizcocho de dos colores. ¡Usa tu imaginación!